8 mayo 2024

Primer bloque rehabilitado del antiguo Lezkairu

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El proceso de transformación que se inició en el Soto de Lezkairu en 2014, con un proyecto que contemplaba la rehabilitación de las fachadas y la instalación de ascensores, ha dado un decisivo paso hacia adelante tras haberse terminado las obras en uno de los cuatro edificios que lo componen.

La nueva imagen que presenta el bloque G contrasta de forma evidente con el resto de edificaciones que se mantienen tal y como fueron construidas en los años sesenta y como continuaron hasta que el proceso de reurbanización en la zona sur de Pamplona puso al descubierto su existencia.

Hasta entonces, el Soto Lezkairu y el pequeño reducto de vecinos que lo habitaban habían permanecido de espaldas a la ciudad. Pese al privilegiado espacio que ocupaba, el lugar no formaba parte de ninguna ruta urbana y la frondosa vegetación que mantuvo durante décadas le dejó como un espacio marginal de Pamplona, casi perdido.

También para las inversiones que poco a poco fueron llegando a otros barrios, pero no al Soto, sin que nadie reparara en las 300 familias, en su mayoría gente de origen obrero que se instalaron allí cuando el desarrollo hizo su aparición por la Comarca.

Todo cambió cuando Pamplona decidió girarse hacia el sur y los proyectos urbanísticos junto al Ensanche comenzaron a ponerse en pie. Se hizo entonces necesaria una actuación en los edificios del Soto, como recordaba recientemente el arquitecto Jaime Huarte, responsable del proyecto de rehabilitación en el Soto. “Visualmente, la zona quedaba muy marginal, con edificios antiguos y sin reformar. Y además, se hizo imprescindible mejorar las condiciones de habitabilidad de los residentes, en su mayoría personas de avanza edad, que quería seguir viviendo en su casa de siempre pero con mejores condiciones”.

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Jaime Huarte, arquitecto responsable, delante del primer bloque terminado (IBAN AGUINAGA). Foto de Noticias de Navarra

COMIENZO DEL PROYECTO El anteproyecto se presentó en septiembre de 2014 y recibió el visto bueno del Ayuntamiento poco después, junto a las subvenciones destinadas a hacerlo realidad. Las ayudas para los propietarios alcanzaban el 40% del presupuesto protegible hasta alcanzar la cantidad máxima de 48.000 euros por edificio -en el portal E fueron el doble- para las obras de mejora de las condiciones de aislamiento e imagen de fachadas y cubiertas.

Para la accesibilidad y la instalación de ascensores, la subvención llegó al 25% del presupuesto protegible hasta un máximo de 40.000 euros; el mismo porcentaje que para las obras en las instalaciones comunes aunque en este caso la cantidad máxima para comunidad de vecinos es de 12.000 euros.

Cualquiera que pase por la zona notará diferencia, aunque en este caso el proyecto original fue concebido precisamente para que no desentonara con las edificaciones recién construidas que poco a poco van dando forma al nuevo barrio residencial de Pamplona.

Huarte lo cuenta con orgullo. Es un proyecto que lleva su firma, que tuvo que ponerlo en marcha y defenderlo más tarde, a raíz de que se planteara la opción de emplear materiales distintos a los que él estableció en uno de los bloques. Finalmente no será así, lo que en su opinión ayudará a mantener la uniformidad estética del barrio y su integración en el paisaje urbanístico de la zona.

No tardarán mucho en estar concluidas las obras en el bloque F, aunque faltará más para los bloques A, E y el del número 12 de la calle de la Teja. “Las licencias van lentas y las ayudas también, pero se mantiene el compromiso de que esta zona pueda estar rehabilitada por completo en no muchos años”.

LOS APUNTES

Ahorro energético. La rehabilitación principalmente se ha centrado en la mejora de la envolvente térmica de las fachadas de los edificios para dotarlos de adecuadas condiciones de ahorro energético. También se han llevado a cabo trabajos para la adecuación de instalaciones comunes del edificio como electricidad, gas o telecomunicaciones.

Beneficios para vecinos con pocos recursos. El Ayuntamiento abrió la posibilidad de conceder préstamos municipales, con un plazo de devolución de 10 años, a propietarios y usuarios sin recursos económicos. También asumió el coste de la cesión de los andamios.

 

Puedes leer la noticia original en Noticias de Navarra.

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